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miércoles, 12 de noviembre de 2008

okupas en el centro de madrid, o como organizar una sociedad

Ya tienen el aviso de que el desalojo será inminente. Les llegó hace una semana. Ahora, sólo depende del día y hora en que quieran actuar los agentes de la Policía Nacional, que en estos casos, suelen preferir la nocturnidad. Unas 40 personas, en su mayoría muy jóvenes, duermen todas las noches en el número 49 de la calle de Atocha (Madrid), un edificio deshabitado cuyos propietarios están vinculados con la operación Malaya, la trama de corrupción del Ayuntamiento marbellí. Okupas pertenecientes a diferentes grupos sociales y vinculados muchos de ellos al colectivo La Alarma entraron en el edificio, de tres alturas y con patios interiores, a finales de marzo pasado. Lo transformaron en un centro social, a la vez que denunciaron la especulación inmobiliaria de la zona, en pleno centro de Madrid. Hoy luchan porque no lesdesalojen, por eso hacen guardia día y noche, pendientes de que finalmente aparezca la Policía. En total, en la Comunidad de Madrid hay 15 inmuebles okupados y que funcionan como centros sociales. Donativos "¿Cuánto quieres dar?", pregunta una mujer cuando se le inquiere por el precio de dos cervezas. El bar del llamado Palacio Social Okupado Malaya Atocha 49 está en la planta baja y no es un bar, es un lugar donde la gente bebe y, si quiere, da algo de dinero a cambio. El sistema funciona así "por principios" y también para sortear la legalidad que impone la venta de bebidas en un local. Para entrar hay que llamar al timbre y, una vez dentro, hay que cerrar la persiana. Dentro, la gente cena pasta y habla en las mesas, un chico toca la guitarra y otra graba con una cámara de vídeo. A medianoche, justo cuando van a cerrar el local, los chicos se inquietan. Una patrulla policial ha parado justo en la puerta. "Vamos a esperar a que se vayan para salir de aquí", afirma uno de los presentes. Falsa alarma, los agentes están pidiendo la documentación a dos hombres que se han peleado justo debajo del edificio. Así que vía libre para subir la persiana. Algunos abandonan la zona y otros suben las plantas del inmueble con sus sacos de dormir. Los okupas no quieren hablar de manera oficial con los medios de comunicación, ya que consideran que todos están al servicio de sus respectivas empresas, incluido Público. Para dar su versión de lo ocurrido, prefieren recurrir a la llamada contrainformación: sus propios comunicados y fotografías, que difunden a través de sus páginas en Internet. "El 27 de marzo, un grupo de gente del barrio de Lavapiés okupábamos el edificio abandonado situado en la calle Atocha 49, con la intención de abrir un centro social para el barrio y los movimientos sociales", afirman los afectados en uno de sus comunicados. Proyecto asambleario Para estos colectivos sociales, "todo proyecto asambleario y autogestionado ha sido bienvenido aquí, generando una alternativa al margen del dinero, de los partidos políticos y de los grupos de poder. Desde que abrió sus puertas, se han llevado a cabo cientos de actos políticos, sociales y culturales". Todo lo deciden, además, en asamblea. Allí debaten si hablan con los medios o no. "Hay dos sectores, uno más favorable a colaborar con los medios de comunicación y otro que opina que no", sostienen algunos de los simpatizantes. La asamblea también supervisa las actividades del centro: desde cine o seminarios sobre okupación hasta la "crianza natural" (guarderías). El próximo domingo, por ejemplo, habrá a mediodía "una bicicletada" contra el desalojo; a las dos, comida popular; y a las seis de la tarde, una asamblea abierta con el título ¿Sabes cuántos hoteles van a construir en la calle Atocha?. Todo eso si los okupas consiguen mantenerse hasta el fin de semana en un inmueble que ya tiene, al margen de esta historia reciente, su propio pasado: los abogados laboralistas que en 1977 fueron asesinados por la ultraderecha en el número 55 de la calle Atocha, tenían un despacho en este edificio ahora ocupado como centro social.

aparecido en diario publico.es. reproduccion parcial

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